17 de febrero de 2014

Una historia de amor en Roma

Había una vez una chica que andaba de backpacker por Europa junto con su mejor amiga un verano hace 3 años. Ese viaje había estado excelente desde el comienzo en Londres, pero ahora ya estábamos en una de las últimas paradas: Roma. Roma es una capital llena de cultura en un país donde lo que más recuerdo es la deliciosa comida y el clima soleado. Pero quien iba a pensar que ahí encontraría algo que le daría un giro radical a mi vida. Algo incluso mejor que ese tiramisu que probé en Toscana.

Y es que todo es coincidencia. ¿Por qué decidimos ir al Coliseo Romano el primer día y no el segundo? O mejor dicho, ¿por qué fuimos a Circus Maximus el segundo día a esa hora de la tarde? No pudo ser más temprano porque teníamos que dejar las maletas en un locker porque dormiríamos en un lugar diferente ese día... Todo el tiempo que tuve de oportunidad para cambiar mi vida fueron 5 minutos, sólo eso, no más, tal vez hasta menos. Pero en fin...

Todo comenzó ese día domingo por la tarde, cuando íbamos turisteando por la ciudad, caminando hasta llegar al famoso Circus Maximus (que no tiene nada de nada ahora, es sólo un terreno vacío y terregoso). Después de ahí nos dirigiríamos hacia la iglesia Santa María in Cosmedin (admito que tuve que googlear el nombre) a ver la famosa Boca de la Verdad o "Bocca della Verità". Según la leyenda, los que mienten pierden la mano al meterla en la boca (la pueden ver en la peli Roman Holiday con Audrey Hepburn). Pero estabamos bajo el sol súper caliente en medio de un terreno sin nada y sin saber exactamente dónde quedaba esa iglesia. Así que tuve la genial idea de preguntarle a alguien. Pero en medio del Circus Maximus no había exactamente mucha gente de donde escoger y -digamos que- el destino trajo a la persona adecuada para cruzarse en nuestro camino. Venía en sentido contrario a nosotros un tipo alto, "güero", delgado y con facha de turista a quien detuvimos para preguntarle si de casualidad sabía dónde quedaba esta iglesia con la piedra de la boca. Resulta que justo "por allá" había leído un cartel sobre esa Bocca y la peli de Audrey Hepburn, así que de seguro estaba cerca. Después de un rato de plática entre unos desconocidos, decidimos invitarlo a que se uniera a turistear con nosotras. Después de todo conocer gente de mil lados distintos en la turisteada está súper chido y además ya teníamos experiencia de andar de turistas con random people. Así que las dos mexicanas y el güero vikingo nos dirigimos a buscar la iglesia. No tuvimos mucho problema en encontrarla y afortunadamente no perdimos ninguna mano. Después de ahí teníamos planeado ir al Palatino y al Foro Romano. El vikingo también iría ahí ese día e igualmente al Coliseo (al cual nosotras habíamos ido el día anterior). Así que nos dirigimos al Palatino y al Foro primero para después cada quien "darle por su lado". Estando en el Palatino Romano me tomé la primera foto con este vikingo... pero no la última. Así empezó esta historia, caminando por las ruinas romanas en un bonito día de julio.

No puedo escribir a detalle todo lo que pasó, o describir a detalle lo que pensaba o sentía en ese momento. Tampoco puedo decir que fue "amor a primera vista", pero sí hubo algo. Después del Foro, él iría a su hostal a cenar, y nosotras a nuestra respectiva casa #2 (el día anterior habíamos dormido en otro lado). Acordamos vernos más noche para salir y esperamos no tener problemas para volvernos a encontrar (ya fueran tecnológicos como fallas en el celular, o personales como sordearse y no llegar). El punto de encuentro sería la Plaza de España, en las escaleras.Tuvimos que recoger nuestras maletas de los lockers y tomar el metro hasta llegar a donde pasaríamos los siguientes días. Al llegar ahí platicamos y cenamos con nuestro host y ya más noche salimos a tomar el autobús hacia el centro. Para nuestra mala suerte ese autobus maldito tardó un millón de años en llegar, pero afortunadamente contaba con un celular que no me falló. Estuve texteando que íbamos tarde, y pues después de un buen tiempo de espera (yo creo que fácil fue una hora) llegó el autobús. Al llegar a la Plaza vimos a muchos turistas en las escaleras (obvio Roma en el verano) y esperamos a que el vikingo todavía estuviera ahí (ya que llegamos ultra tarde). Buena suerte y él todavía estaba ahí, haciendo amigos, tomando cerveza, lo normal. Salimos en busca de bares y pues encontramos uno donde decidimos sentarnos, platicar, tomar unas cheves. Y si es que en algún punto de ese día en Roma hubo "una chispa", esa sería ahí. Después de que nos corrieron de ese bar súper temprano (era domingo), seguimos en busca de otro que estuviera abierto. Encontramos uno a la orilla del río en donde estuvimos hasta que ya era super tarde (o temprano) y pues ya casi era tiempo de ir al centro a tomar el autobús (de la mañana) para ir a la casa. Ese día sería el único en el que nos veríamos, al menos por tiempo totalmente indefinido.

Después de ese encuentro y de que cada quien siguió su camino, no sabía si algún día nos volveríamos a ver, o si solo fue "un día en Roma". Intercambiamos teléfonos claro, pero éramos prácticamente unos desconocidos. Pero todo cambiaría las siguientes semanas llenas de sms, horas de chats, vernos en Bélgica, más horas de chats, vernos en Alemania, después en México, sobrevivir separados un par de meses y finalmente la decisión de mudarme a Noruega.

Todo empezó ese día en Roma. Esas horas juntos las recuerdo con detalle y cada momento estará siempre marcado. ¿Qué más puedo decir? Solamente que ahora cada mañana cuando me despierto veo a ese vikingo a mi lado y eso me hace feliz.

3 comentarios:

  1. Que bonita historia! Hasta parece de película! Creo que nadie en la vida se imagina que en un viaje de mochilazo en Europa, y justamente en Roma , se encontrará a la persona con quien compartirá el resto de su vida. Muchas gracias también por compartir tu historia de amor, y que bueno que sigas manteniendo tu blog. Espero seguir tu ejemplo y actualizar el mío también de vez en cuando.
    Un abrazo hasta Noruega!

    ResponderEliminar
  2. hola Mortiel!
    pues una mezcla de no tener mucho tiempo y ser muy mal organizada (y un poco floja) :(
    Tal vez puedo tratar de escribir entradas más cortas, y así sería más seguido...
    Gracias por leerme :D

    saludos!

    ResponderEliminar